Os he echado de menos estas semanas en las que no he comparecido por estos lugares. He estado haciendo infinidad de tareas, entre ellas, he preparado estas cositas para carnaval:
Me he hecho con un libro de disfraces y unas láminas de maquillaje de fantasía. Son una verdadera inversión, porque aunque están orientados a disfraces de niños, en realidad hay tipos (como llamamos en Cádiz a los disfraces y caracterización) para todas las edades. Ambos libros son de Círculo de Lectores.
A pesar de que partiendo del material que os acabo de enseñar podría haber confeccionado los disfraces yo misma, la falta de tiempo me ha hecho recurrir al método tradicional (comprarlos).
De pollito para que mi princesa vaya bien guapa y abrigadita. No descarto buscarle algún otro disfraz de tipo abrigadito.
¿Y para mi príncipe? Pues de príncipe azul.
De cocinero y de Robin Hood.
¡Para comérselos!
Os cuento que el Señor X es un gran aficionado al carnaval, y un buen chirigotero que ha integrado numerosas agrupaciones desde que era pequeño. Pero como buen chirigotero, tiene gracia de sobra para prepararse él mismo su disfraz; justo antes de salir de casa rebusca en la caja de los disfraces, explora un poco por los armarios, va sacando prendas y en 10 minutos tiene colocado el mejor disfraz de la fiesta. Es increíble la facilidad que tiene para transmitir alegría y felicidad. Gracias por alegrarnos la vida.
Nos vemos.
